domingo, mayo 11, 2008

Cine de rancio

Por petición popular abrimos el debate sobre los cines de verano... y de invierno. Los cines de selecta nevería estival ya se trataron en su momento, pero los de invierno están por descubrir. Ese olor a ambientador, ese ambigú más triste que la meditación de una hermandad de negro, esas chocolatinas Nestlé redonditas del siglo XIX, esa fila de los mancos, esa película que recordamos y que es lo más rancio que hemos visto en la sábana de los sueños.
Cine de barrio se convierte hoy en Cine de rancio.
Sin Parada ni pianista, porfavor...

25 Comments:

At 12:42 a. m., Anonymous Anónimo said...

Ambientador no, señor Robles, se llamaba ozonopino.

El cine fue para algunos rancios el despertar sexual con esas grandes obras de Pajares (ánimo, Andrés) y Esteso, solos o por separado, y siempre dirigidos por Mariano Ozores.

¿O que decir de esos títulos, clasificados S, como "Caray con el mayordomo qué grande tiene el maromo", "El fontanero, su mujer y otras cosas de meter" o "Sueca bisexual necesita semental"?
Películas de verdad si las comparamos con la de ahora: "Hable con ella", "Abre los ojos", etc.

Sin duda, el cine fue un buen maestro sexual para los que éramos nada más que un proyecto de rancio allá por los setenta.

 
At 12:03 p. m., Blogger Herodes Antipas said...

Que recuerdos sr. Robles. Las manitas por lo bajo, los lotes de pipas, los refresquitos, los títulos 2 de enjundia como dice maeserancio,...
Lástima que todo se pierde. Ahora lo que pega, son salas con una mesa de camilla en el medio, frente a las supersalas con sabor añejo (El antiguo cine Lope de Vega de Madrid, por ejemplo).
Un abrazo.

 
At 12:23 p. m., Blogger JAIME said...

Recuerdo como algo muy rancio ver "Fantomas", de Luis de Funes, en el cine Apolo. Con regaliz negro y un sobresito pequeño de de polvitos de naranja o limos que se llamaban "refresco".

 
At 12:25 p. m., Blogger siempre de frente said...

quien se acuerda de las chocolatinas rectangulares de nestle de chocolate y piña o platano que nada mas las veias alli,y la estampa del acomodador y esas cortinas eternas acolchadas color burdeos con botones
enormes remachados ,las butacas de escai ,me acuerdo del cine regina ,del goya (sin premio)alli vi ghandi y cuando sali me daban ganas de entrar en san juan de dios que estaba en frente e ingresar como voluntario ,que tiempos aquellos .

 
At 1:05 p. m., Blogger Ranzzionger said...

Y los anuncios que precedían a los trailers (Cinedix, con esos prismas rojos...) Todavía me acuerdo de un anuncio de una tienda de marcos, y no hace tanto tiempo, que decía: "...porque un cuadro sin marco es como un jardín sin flores o un hombre expoliado y desnudo". Ay esos cines Goya, Juncal, Trajano (vaya con los premios), Azul (más bien verde), Alcázar, Delicias, el suntuoso Bécquer (ahora con un Lidl), el Regina (ahora con un Más), el Neomudéjar Llorens, donde vi Supermán..."O tempora o mores"

 
At 1:35 p. m., Blogger Lopera in the nest said...

¿Alguién recuerda el cine "Rocio", en la calle del mismo nombre perpendicular a la calle Pureza?. Dejaban entrar en las películas mayores de 18 años, sin tenerlos cumplidos!. Bueno de eso hace ya más de 40 años. Alli recuerdo que vi una peli de esas de mayores 3R: "Maribel y la extraña familia", con Silvia Pinal, Adolfo MArsillach, Guadalupe Múñoz Sampedro y Julia Gutierrez Caba. Entonces "todo" estaba prohibido!.

 
At 2:34 p. m., Blogger Diego Romero said...

Todo estaba prohibido en aquella época, pero en el cine Rocio, siendo un "cine de invierno", se permitía fumar y comer pipas. De hecho era conocido en el barrio como "El Palacio de las pipas" haciendo un poco de mofa comparativa que el también recordado "Palacio Central".
Aún recuerdo aquellos "programas dobles" al final de temporada, de cuatro horas seguidas de cine con el correspondiente aprovisionamiento de cantimplora de agua y cartucho de rebujina.

 
At 6:14 p. m., Blogger El Pincho Moruno said...

Magnifica y rancia, era la publicidad que hacían los cines de las películas que proyectaban. Esta consistía en bellos carteles anunciadores en postes y farolas de la ciudad, junto a los expositores de fotogramas a la entrada del cine en los que podíamos admirar los momentos mas estelares de la película.

Por cierto para ranciedad total, las linternas de petaca que llevaban los acomodadores. Todas eran iguales.

 
At 6:43 p. m., Blogger Lorenzo Blanco said...

Pues un servidor (que expresión más rancia), tenía pases para cines como el Emperador, Palacio Central, Cervantes, Apolo, Regina y Fantasio (aqui decían que había fantasmas).

Recuerdo que el Regina y el Apolo los cerraban "hasta Septiembre", porque no tenían aire acondicionado.

De aquellos cines, solo queda el Cervantes, adonde cada vez que puedo voy a ver una peli.

Es curioso que en dos establecimientos de la calle Amor de Dios pasé de los mejores ratos de los primeros años 80: San Isidoro y Cervantes.Instituto y Cine. Muchas clases de Latín o de Física me los pasé viendo a Travolta, Tiburón o lo que fuera.

Recuerdos: La linterna del acomodador, las parejitas en la última fila, y algún que otro palomo cojo buscando algo donde "apoyarse".

Saludos

 
At 8:33 p. m., Blogger eres_mi_cruz said...

Confirmado: las manchas en el techo del Fantasio procedían de la fila los mancos...
cambiaban de forma...
luego eran fantasmas...

Ahora tiren dos vasos de leche en la alfombra...
¡¿a que no son iguales?!... aro...
es de cajón.

 
At 11:39 p. m., Anonymous Anónimo said...

No señor falserío, las mejores manchas que en un cine han sido, se formaron en un cine de Archidona, de cuyo nombre no quiero acordarme, como bien relató Don Camilo José.

 
At 1:46 a. m., Blogger juanjose said...

Y el cine Esperanza en la calle San Luis, esquina al "Espumarejo", con sus dos salas: el nuevo y el "picaíto" en el que por diez reales se veían dos películas en sesión continua. Se podía comer pipas y de todo; tiraban bombitas de peste y entonces entraba el acomodador echando un pestoso ambientador con el cacharro del "flí", fsssss, fssss,fssss....

 
At 10:35 a. m., Blogger Jartible said...

El cine "Alameda", y, sobre todo, "El Cervantes", siguen siendo bastante rancios; éste mantiene sus cortinitas deshiladas, sus butacas con más mierda que la bombilla de una cuadra, y su ambigú con tós los avíos.

A mí, es el que más me gusta.

Para rancios "kitsch" -palabra poco rancia-, el cine "Cristina", amalgma del pijerío ochentero y noventero.

Lo más rancio de un cine, es "el intermedio", los acomodadores, y la sesión doble...

 
At 8:18 p. m., Blogger eres_mi_cruz said...

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At 8:23 p. m., Blogger eres_mi_cruz said...

...apreciado maeserancio,
de Archidona salió un protocolo: de cinco en cinco y al tresbolillo...

Nada como el sabor de esas patatas Risi que ponían en el ambigú der Delicias con un sobre montaplex...
la gran pregunta para todo rancio graduado es pues... por qué carajo no las venden en los supermercaos... ¡yo no lo entiendo!...
le preguntas a las niñas por las patatas Risi...
se ponen a reír, las niñatas... y te dicen que tienen que ser Lay's o Matutano... ¡pero por qué me tengo que comé yo la misma mierda de patatas que se come Romario en pelota!...

Y por qué saben también las chucherías de los cines... menos los palitos salados...
¿no será porque nos la han clavao en el ambigú?...
pero está mu feo eso de hacer ruido masticando...
un día volé tres filas y caí a plomo sobre un tío que se estaba comiendo... ¡unas Lay´s supercrujientes!...
lo mejor, las pastillas de goma...

 
At 8:07 p. m., Blogger Moe de Triana said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

 
At 8:09 p. m., Blogger Moe de Triana said...

Rrrrrancio como el que más Antonio Ozores trastabillandose explicando cualquier cosa...

Pero por supuesto no nos olvidemos de las pelúculas de su hermano Mariano y de otra de las superestrellas de la época, protagonista de títulos tan españoles como este.

Para terminar, que tampoco caiga en el olvido, este género tan clásico de la época en el que las cachas y los sujetadores estaban a la orden del día,...

¡Un Goya honorífico a estos hombres ya!

 
At 11:23 p. m., Anonymous Anónimo said...

Moe, ahora ningún intelectual del cine echa cuenta al Pajares-Esteso-Ozores, pero cuando alguno muera ya verás como los ponen por las nubes.

Me adhiero a la plataforma Oscar, no Goya, honorífico a los tres.

A ver, ¿nadie iba al Palacio Central? Los fines de semana ponian una peli "clasificada S" a las 3 y a partir de las 5 ya ponian una autorizada. Yo iba con los coleguillas a las sesión de las 5 pero entrábamos un rato antes a ver si podíamos ver algún felpudillo o fliquis (que diría el gran Pajares).

 
At 11:32 p. m., Blogger recibíaeneltremendo said...

Recuerdo como muy rancio el Cine Goya (por favor, sin premio) donde de niño pude ver "Los chicos con las chicas" de Los Bravos y alguna película de Marisol.Ya sé que no soy precisamente el "Totó" de Cinema Paradiso en lo tocante al glamour de mis recuerdos cinéfilos,pero qué quieren...Igualmente recuerdo la sesión infantil del Gran Plaza Cinema, incluidas las tatas con leyenda erótica..., por cierto, en ese cine ví por primera y única vez en mi vida eso tan de película italiana de los escupitajos sobre el patio de butacas.Solía ser no rancio sino directamente siniestro el encargado de vender chocolatinas y bebidas.

 
At 12:46 p. m., Blogger eres_mi_cruz said...

hombrepordió...
el gamberro rancio es un espécimen extinto... qué sería un cine rancio sin la rima consonante...
Caso verídico, no en el sentido Verídico de Gandía sino en el orténtico de verdad de la güena...
paso a narrarles lo acontecido un caluroso verano del Anno Dómini Nostri Iesu Christi de 1962, en la magnífica sala conocida como Palacio Central... ahí es nada.

Proyectábase la no menos magnífica película del oeste que llevaba por título "Los siete magníficos"... ahí quedó éso.

Transcurría emocionante y muy entretenido el flim en eso que llegó ese momento culmen de la historia del güéster americano...

Duelo a muerte... ruedan las pelusas gigantes esas que salen en Tejas de no limpiar entre güeste y güeste...
silencio absoluto en la sala, tensión malísima...
er bueno le grita ar malo, que además, como es Elli Wallach, es una jartá de feo...
y le grita porque no lo ve...

¡Calvera!... (silencio)

¡¡Calvera!!... (silencio)... (pasa un pelusón)

¡¡¡Calvera!!!... (silencio ya de no aguantarse sentao)

...

¡¡¡TRÍNCAME LA PERA!!!

He aquí al gamberro rancio...
hoy te parten la cara y te hacen protagonista en yotuve...

 
At 2:41 p. m., Blogger Lorenzo Blanco said...

Otro cine rancio de narices era el San vicente.

Los domingos a las 3 de la tarde echaban "la infantil" que era una sesión para niños, y se llenaba el cine de chavales del barrio.

Las películas, con todo el arte del mundo. Recuerdo entre las muchísimas que ví "Maciste contra los fantasmas", y por supuesto todas las spaguetti western del mundo, las de tarzán, dibujos animados, y las de Louis de Funes.

Además, cuando los buenos ganaban, el griterío y los aplausos se oían hasta en la calle.

El precio de la entrada: 5 pavos, o lo que era lo mismo 5 duros o veinticinco pesetas.

Saludos

 
At 7:45 p. m., Blogger Moe de Triana said...

Veo que nadie ha citado esa sala tan peculiar de la C/Amor de Diós...Será que nadie ha ido allí y sólo se conoce de oídas...Aro,aro miarma, será eso...

Eres mi cruz y Maeserancio, ni Archidona, ni ná, pa capotazos a la verónica auténticos y manualidades varias l@s que san dao por aquellos lares...

 
At 7:47 p. m., Blogger Moe de Triana said...

Fé de erratas: Es "auténticas" y no auténticos como escribo en el texto, que se me va la mano, nunca mejor dicho hablando de lo que hablo miarma...

 
At 11:25 p. m., Blogger siempre de frente said...

don paco le sugiero un tema "insultos rancios"el rancio cuando insulta se debe a sus raices y como tales se siguen utilizando vocablos como "me ca.. en la leche que mamaste" o el clasico hijo de p... el rancio lo denomina hijo de la gran p...vete a hacer puñetas ....creo que hay insultos antiguos con el gracejo de la picaresca sevillana que aun se estilan ,ande don paco dese el gustazo y no sea "joio por culo" un abrazo

 
At 6:48 p. m., Blogger el escritor escondido said...

¿Te acuerdas de los árboles del cine de verano del Prado de San Sebastián? Butacas de patio de jóvenes que veían la película "by the face". Eso de rancio no tenía nada. Salu2

 

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